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Bienvenidos, amigas y amigos que buscan caminos en la Teología... este blog propondrá opiniones, y métodos teológicos desde diversos enfoques carismas y experiencias particulares que podrían iluminar nuestro trabajo teológico. Estas reflexiones provienen de jóvenes religios@s y laicos que se encuentran en camino de formación, en estudios en el Instituto Superior de Estudios Teológicos "Juan XXIII" de Lima, Perú.

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En el Corazón de María

Mg. César Palomino Castro (docente)

miércoles, 14 de julio de 2010

EXPERIENCIA DE LA ENFERMEDAD DESDE UN ENFOQUE TEOLÓGICO

MÉTODO ESPECIALIZADO

1.- PUNTO DE PARTIDA.

En nuestros tiempos y en nuestra condición de homo viator tenemos que pasar por situaciones alegres, agradables, de gozo, de mucha algarabía; pero también en algún momento nos llega los momentos del dolor, sufrimiento que son causados por la pérdida de un ser querido, algún accidente o enfermedad. Estos últimos mencionados, se suele tomar como una desgracia, o “castigo” por parte de Dios, se le culpa a él de las situaciones difíciles que nos toca pasar. Estas experiencia marcan la vida tanto buena como mala, pero si se le ve con ojos de fe, se empieza un giro, tal vez llamarlo “antropológico”. Desde este punto vamos a tratar nuestro método. Para ello vamos a tomar de ejemplo a San Francisco de Asís y partiendo desde él, daremos luces para que nuestro sufrimiento, dolor y enfermedad no sea una carga. Este modo de llevar la enfermedad debemos tener en cuenta cuando nos encontremos en una situación como tal. Que como seres humanos descubrimos nuestra limitación de que somos frágiles, caducos y tenemos necesidad del otro para que nos dé la mano y acompañe, dejándonos también acompañar.

Los escritos de San Francisco revelan que el santo vivió momentos fuertes de enfermedad: “… o por negligencia, o por mi enfermedad, o porque soy ignorante e indocto” (CtaO 39). “… no puedo visitarlos personalmente a cada uno, dada la enfermedad y debilidad de mi cuerpo” (2CtaF 2). “… a causa de la debilidad y dolores de la enfermedad, no tengo fuerzas para hablar” (TestS 2). Es lo que han recopilado los hagiógrafos a cerca de lo que Francisco menciona durante su enfermedad.

Las biografías señalan varias situaciones de enfermedad que vivió san Francisco, ya antes de recibir los estigmas (1224): 1202-1203: Prisión de Perusa. Malaria o tuberculosis. 1206: Luego de la Conversión. Úlcera gástrica.1215: Viaje a España. Dispepsia gástrica y afonía. 1216-1217: Asís. Malaria. 1219: Viaje a Damieta. Conjuntivitis tracomatosa y malaria. 1220-1222: Fiebres cuartanas, inicio de inflamación del bazo e hígado. 1223: Agrava los ojos y malaria que complica más al hígado y bazo.

2.- MEDIACIÓN TEOLÓGICA

La actitud de Francisco ante la enfermedad tiene un sentimiento religioso que lo ve como el dolor por los propios pecados, el desprecio de los falsos placeres, el temor al juicio divino un ardiente deseo de Dios y de la vida eterna. Francisco llama hermanas a la enfermedad y a la muerte. Clara de Asís agrega un sentido vicario: a favor del cuerpo de Cristo.

Francisco, acompañado de las “hermanas” enfermedad y muerte, revivió intensamente el seguimiento de Cristo, sobre todo en su Pasión. El encuentro místico con Cristo crucificado en cada enfermo empezó a manifestarse muy pronto. Todo pobre y enfermo era para el Santo una especie de sacramento de la presencia mística de Cristo en el ser doliente. Francisco relacionó su propio sufrimiento con esa misma dimensión cristológica: Llega al punto de hacerle olvidar sus propios sufrimientos. No se atribuye la idea de martirio a su situación de enfermedad.

La enfermedad de Francisco dentro de la fraternidad. Es el mandamiento evangélico del amor el que les da sentido al servicio a los hermanos. “Si alguno de los hermanos cayere en enfermedad, dondequiera que estuviere, los otros hermanos no lo abandonen, sino que se designe a uno de los hermanos o más, si fuere necesario, para que le sirva, ‘como quisieran ellos ser servidos’ (cf. Mt 7,12)”.

Sirviendo a los enfermos se expresa la verdadera capacidad de amar y el valor auténtico de la caridad, pues allí no hay recompensa inmediata: “Bienaventurado el siervo que tanto ama a su hermano cuando está enfermo, que no puede recompensarle, como cuando está sano, que puede recompensarle”(Adm 24)

3.- OBJETIVO

Con el ejemplo presentado, queremos hacer ver que la enfermedad no debe verse como un castigo, ni mucho menos como una desgracia; sino verlo como lo vio Francisco una gracia que nos hace ver que somos frágiles y que sentimos necesidad de otros. Nuestra enfermedad debe ser vista con ojos de fe, esperanza y caridad para con nosotros mismos y con los demás. Donde tenemos que aprender a llevar el dolor no como una carga, sino como un manera de vivir el Evangelio, explícitamente el seguimiento a Cristo. Aprendemos a ser pacientes, tolerantes. San francisco de Asís lo aprendió y lo hizo como un camino de seguimiento y acercamiento a Cristo desde los pobres y los enfermos. Él no se sentía compadecido, sino fortalecido y acompañado por sus hermanos.

Es, creemos lo que se debemos hacer en los momentos que nos toque pasar; y los que viven estos momentos no han de olvidarse de lo que aprendieron y predicaron a los que en algún acompañaron en la enfermedad. Que sepan dejarse acompañar y reconocer de la fragilidad que están hechos.

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