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Bienvenidos, amigas y amigos que buscan caminos en la Teología... este blog propondrá opiniones, y métodos teológicos desde diversos enfoques carismas y experiencias particulares que podrían iluminar nuestro trabajo teológico. Estas reflexiones provienen de jóvenes religios@s y laicos que se encuentran en camino de formación, en estudios en el Instituto Superior de Estudios Teológicos "Juan XXIII" de Lima, Perú.

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En el Corazón de María

Mg. César Palomino Castro (docente)

jueves, 15 de julio de 2010

DE NUESTRO SUFRIMIENTO, AL SERVICIO DE LOS QUE SUFREN.

San Camilo de Lelis vivió en la Italia de de la segunda mitad del XVI y comienzos del XVII (1550-1614). Antes de su conversión (1975), como soldado descendiente de una familia noble de un pueblo de los Abruzos (Buquiánico), llevó una vida disoluta perdida en los juegos de azar. Por lo que a pesar de su ascendencia estuvo marcado por la pobreza y prácticamente estudió muy poco. De modo que no tenemos de él ningún gran tratado teológico o de espiritualidad. Con los únicos escritos que contamos es con un excelente grupo de cartas y dos códigos de reglas que escribió para sus religiosos y los demás enfermeros para el servicio a los enfermos. No obstante estos simples escritos no nos proporcionan todos los elementos suficientes como para sistematizar un método teológico. Sin embargo a lo largo de estos años me he dado cuenta que la mejor fuente teológica es la vida misma del Santo, tanto por su carácter práctico como por la riqueza de su vida. Así pues tomaremos tres etapas centrales de su vida para sistematizar el método.

1. Punto de partida. El punto de partida en el descubrimiento de su vocación es en primer lugar su experiencia de conversión sí, pero principalmente su propia enfermedad: una llaga en la pierna derecha. Por esta llaga lo expulsaron del convento de los capuchinos y se vio forzado a permanecer en el Hospital de Santiago (Roma) donde se encuentra con todo un mundo de sufrimiento y una lamentable situación de deshumanización en el atención a los enfermos. Es allí donde inicia su confrontación: “¿no será que Dios me quiere aquí?”

Por tanto, el punto de partida de nuestro método será una experiencia de sufrimiento y la inserción en el mundo de sufrimiento que nos rodea, y desde allí una la pregunta por la voluntad de Dios: ¿qué me/nos quiere decir Dios por medio de esta realidad?

2. Mediación teológica. Previamente Camilo había hecho una gran experiencia del amor y del perdón de Dios en el momento de su conversión. Allí hizo promesa de en adelante dedicarle su vida entera. Al ser expulsado de los capuchinos se quedó en desconcierto: “¿entonces dónde me quieres?” Sin embargo en el Hospital de Santiago se deja confrontar por aquel mundo de sufrimiento y desde esta situación comienza a leer las Sagradas Escrituras en una nueva perspectiva. Así serán determinantes las palabras de Jesús en Mt 25: “Cuando estuve enfermo viniste a visitarme” y “Lo que hiciste a uno de estos hermanos mío, a mí me lo hiciste”. A partir de esta lectura llega a ver a los enfermos y sufriente no solo como los privilegiados del amor de Dios, sino como la presencia mima de Cristo: “lo que hiciste a uno de estos hermanos míos a mí …” Por tanto los enfermos no son solo enfermos, son la presencia misma de Cristo. De este modo la pregunta por el qué quieres Señor de mí comienza a aclararse más, ya sabe dónde encontrar a su Señor.
Así que en este segundo momento del método podemos considerar la experiencia misma del sufrimiento propio y ajeno como punto de partida para prestar oído a la llamada de Dios que no necesariamente se refiere a una vocación que de por sí es ya definitiva, sino como disposición a estar siempre en escucha. Y luego fundamentar esta misma llamada desde la Biblia y teniendo presente que se encuentre en el centro mismo del Evangelio: “Vayan anuncien el Evangelio, bauticen…, curen a los enfermos…”

3. Objetivo. San Camilo llego a afirmar: “Ya que no me has querido, Señor, como capuchino, es prueba que tú me quieres aquí, (en el Hospital de Santiago)”. Este fue el punto de llegada y desde allí continuó desplegando su caridad y incluyendo a otros en el servicio a los sufrientes. Pues su decisión fue clara: dedicar toda su vida al servicio de los enfermos.
Por tanto, nuestro método quiere llevarnos no a una excelente reflexión teológica sino a un compromiso de vida, compromiso de caridad. En este sentida Camilo afirmaba: “De mí no oirán más que caridad, porque ninguna cosa los unirá más a Dios que la caridad.” De este modo la propia experiencia de sufrimiento puede ser transformada en servicio a los que sufren.
Andréz García Vásquez.

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