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Bienvenidos, amigas y amigos que buscan caminos en la Teología... este blog propondrá opiniones, y métodos teológicos desde diversos enfoques carismas y experiencias particulares que podrían iluminar nuestro trabajo teológico. Estas reflexiones provienen de jóvenes religios@s y laicos que se encuentran en camino de formación, en estudios en el Instituto Superior de Estudios Teológicos "Juan XXIII" de Lima, Perú.

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En el Corazón de María

Mg. César Palomino Castro (docente)

jueves, 9 de junio de 2011

LA MISA DOMINICAL: ¿Más importante que las otras misas?

Toda celebración eucarística tiene el mismo valor, porque se conmemora el único acto de salvación efectuado por Jesucristo. Con esta verdad de fe inicia nuestro planteamiento. Por ese motivo nos preguntamos: ¿es más importante la misa del domingo que las de lunes a sábado? ¿Qué es de la gente que no puede asistir a la misa del domingo, incurren en pecado como muchos creen? ¿Tendrá la misma validez todas las celebraciones eucarísticas? Cuestiones que parecen no tener mucha importancia, no obstante son muy relevantes para nosotros conocerlas.  Ya que se insiste ir a misa los domingos cuando sabemos que todas las realidades no son iguales e indirectamente hacemos creer que la celebración dominical tiene mayor validez que las  de lunes a sábado. ¿Acaso tal modo de entender el Misterio Pascual no ha repercutido en un cristianismo solo de domingos, sin compromisos durante los días de semana?
A nuestro parecer, la gente acude a misa  los días domingos por dos razones: motivos laborales y por una legalización de la celebración eucarística. Por otro lado, los asistentes a Misa en días laborales lo hacen por fiestas patronales o motivos pastorales. En esta última los sacerdotes llegan pocas veces a los lugares alejados de las ciudades. De ahí que  la gente solo vaya a misa los domingos por costumbres o por tradición que podría ser consecuencia de la legalización de la misa. En efecto, se debe ser cristiano todos los días, y no solo de domingo. La misa  no tiene que ser una costumbre sino una actualización del Misterio que implica compromisos; porque es el Señor Jesús el que se entrega  no solo el domingo,  sino, día a día en  que se celebra la Eucaristía.
Las cuestiones y respuestas encontramos en los libros: uno valida la importancia del día domingo. El otro valida la importancia de la Eucaristía en sí misma. El primero tiene como título “la importancia del domingo” de la “dossier cpl”. Y el segundo, “la eucaristía el tesoro más grande del mundo”, escrito por el padre Ángel Peña, de la Orden de los Agustinos Recoletos.
Es la oportunidad, como dice el libro de “la importancia del domingo”, de insistir que todos los cristianos participen de la misa del domingo. Por un lado se podría insistir porque muchos viven cerca de una parroquia, pero por otro, no, porque como se sabe, hay lugares que solo tienen misa otros días y no el domingo. De tal manera no se puede generalizar las cosas. A nuestro parecer, Jesús esta realmente en la eucaristía todos los días.
La participación a la misa, Ángel Peña nos dice que es un deber de la misma fe, más no de coaccionar la libertad. La fe es la que nos empuja, es decir, nos ánima a asistir a la celebración eucarística. Porque si se exigiera a la persona estamos contra su voluntad. Pues, al ser libre y dejándose guiar por su propia conciencia y creencia descubre por sí misma el sentido eucarístico en su vida.
Del mismo modo nos ilustra con estas palabras el padre Peña: “La Eucaristía es el centro de la vida cristiana” y por ello es importante al igual que la del domingo, ya que se conmemora la misma acción redentora de Jesucristo. Al aceptar que es el centro de nuestra vida estamos valorando su importancia.  También se puede decir que es relevante porque en ella se celebra el único y definitivo sacrificio de Cristo. Además, Cristo es él mismo que se da en el pan y en el vino consagrado. Porque  quiere que nos alimentemos con fe viva de su cuerpo y de su sangre.
Por tanto, teológicamente la misa es importante porque es el mismo Jesús que se da en la fracción del pan y se conmemora el único y definitivo acto de redención; aunque de modo distinto, es decir, de lo cruento del drama de la cruz, a lo incruento  del altar, por ello, no merma la importancia eucarística de los días ordinarios de los domingos. Por más que estas, litúrgicamente sean más ornamentadas
GRUPO RENACER

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